Una institución de inversión colectiva es un instrumento financiero en el que muchas personas suman sus ahorros para invertirlos de forma conjunta. En España existen dos tipos principales: los fondos de inversión y las SICAVS, cada uno con sus ventajas e inconvenientes.
Los fondos de inversión son los más populares. Un fondo es un instrumento sin personalidad jurídica propia. Consiste en un patrimonio gestionado por una entidad gestora, que se divide en participaciones. Los gestores del fondo son los encargados de invertir su capital siguiendo su reglamento de gestión.
Las SICAVS son una sociedad, con la peculiaridad de que su capital es variable y son admitidas a cotización. Al ser una sociedad, sus accionistas tienen más relevancia a la hora de tomar decisiones sobre en qué activos financieros invertir.
Por su forma de operar, tanto fondos de inversión como SICAVS cuentan con grandes ventajas frente a otros instrumentos financieros de ahorro e inversión:
Reducción de costes: al manejar más capital que un inversor particular, sus costes operativos (gastos de corretaje, comisiones de custodia de valores...) son muy inferiores a los que debería soportar una única persona.
Ventajas fiscales: las plusvalías de las inversiones solo pagan un 1% en el impuesto de sociedades.
Gestión profesional: un particular está delegando la selección de activos a profesionales, lo que en potencia podría repercutir en mejores rentabilidades.
Acceso a otros mercados: si bien puede deberse a ignorancia del pequeño inversor, las IIC tienen acceso a invertir en activos de todo el mundo, lo que a priori se traduce en más posibilidades de encontrar buenas oportunidades de inversión.
Amplio abanico de posibilidades: existen fondos y SICAVS adecuadas para todos los perfiles de ahorradores e inversores en general.
Accesibles: cualquiera puede invertir en ellos. Tan solo hay que comprar participaciones en el caso de los fondos; y acciones en el caso de las SICAVS.
Liquidez: puedes recuperar tu inversión en cualquier momento. También puedes traspasar tus ahorros de una IIC a otra.
A cambio, los gestores de las IIC deben ser remunerados, por lo que invertir en ellos implica pagar comisiones. Y teniendo en cuenta que probablemente un fondo de inversión invierte tu dinero mejor que un particular sin conocimientos financieros, en muchos casos merece la pena pagar este peaje.
Este tipo de instrumentos están regulados y supervisados por la CNMV, además son instrumentos sencillos de entender y su gestión, patrimonio y cartera son transparentes. Por ejemplo, un inversor puede conocer en todo momento en qué invierten los fondos de inversión.