¿Merece la pena pagar la comisión de gestión de un fondo de inversión?

A la hora de invertir en un fondo de inversión, uno de los primeros aspectos a considerar es su comisión de gestión. Y es que, tanto si el fondo genera rentabilidad como si no, un partícipe debe pagar una comisión de gestión proporcional al patrimonio invertido en el fondo.

Así pues, una pregunta totalmente justificada es preguntarnos a nosotros mismos si merece la pena pagar dicha comisión, que en muchos casos es sustancial.

Ante esta disyuntiva, la respuesta más sencilla es que soportar la comisión de gestión merece la pena si el fondo consigue batir al mercado, es decir, si el fondo obtiene una rentabilidad superior (una vez descontada la comisión) de un fondo de inversión comparable o de un fondo indexado.

Otro enfoque para justificar la comisión de gestión es que si nosotros, como ahorradores o pequeños inversores, somos capaces de obtener rentabilidades superiores a las de un fondo en el caso de invertir por nuestra cuenta directamente en acciones o bonos. No olvidemos que un fondo de inversión está gestionado por profesionales, y a priori, serán capaces de obtener mejores rentabilidades que una persona sin los suficientes conocimientos financieros.

Por otro lado, –y esto es especialmente relevante para inversores a largo plazo– es que los fondos de inversión gozan de una política de diferimiento fiscal, que consiste en esencia en que los traspasos entre fondos están exentos de la obligación de tributar las plusvalías obtenidas. Y esta ventaja tiene un efecto muy positivo para los inversores a largo plazo debido al interés compuesto.

Por último, también debemos recordar que la mayoría de fondos de gestión activa no baten a sus índices. En este caso, en el que no sepamos en qué fondo invertir, los fondos indexados son una excelente opción, puesto que sus comisiones son realmente bajas, del entorno del 0,3-0,4% anual.

Como último apunte, para personas que no tienen muchos conocimientos financieros pero quieren invertir en fondos indexados, una excelente opción es contratar un robo-advisor. Un robo advisor te creará una cartera de fondos de acuerdo a tus necesidades (nivel de riesgo que estás dispuesto a asumir, tus ahorros actuales, tu horizonte temporal...) aunque no sepas nada de inversión o instrumentos financieros.

Y por supuesto, aunque no es garantía de éxito, conviene valorar la posibilidad de invertir en fondos gestionados por gestores con una trayectoria de éxitos durante muchos años. Cómo se suele decir, rentabilidad pasada no garantiza rentabilidad futura, pero existen gestores con un trackrecord que han conseguido batir al mercado durante varias décadas, lo que indica que saben gestionar patrimonios de forma satisfactoria para sus clientes.

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