Warren Buffett es la prueba de que se puede batir al mercado de forma consistente a largo plazo. Sólo hay que echar un vistazo a los datos históricos de la acción de Berkshire frente al S&P 500.
Esta es la rentabilidad de la acción de Berkshire Hathaway frente a la rentabilidad del índice S&P 500 con dividendos:
Como vemos, la rentabilidad histórica anualizada de Warren Buffett es del 20,8% frente al 9,7% del S&P 500. Un inversor que hubiese comprado acciones de Berkshire Hathaway en el año 1964, a cierre de 2016 habría multiplicado su inversión nada menos que 19.725 veces.
El compromiso de Warren Buffett es tal que la acción de Berkshire Hathaway nunca ha sufrido un split, costando actualmente (8 noviembre 2017) 277.235 dólares por acción. Para hacer accesible la inversión en la compañía, se comercializan dos clases de acciones. La clase A tiene una equivalencia con la clase B de un ratio 1:1.500.
Los resultados de Warren Buffett a lo largo de más de cinco décadas demuestran que se puede batir al mercado de forma consistente. En el caso de los fondos de inversión españoles, otro claro ejemplo de que la gestión activa puede superar a la gestión pasiva es la rentabilidad del 15% de Francisco García Paramés durante más de dos décadas.
El caso de Warren Buffett demuestra el efecto del interés compuesto durante los años, y como con una buena rentabilidad y varias décadas se pueden crear un patrimonio realmente importante.