Cada fondo de inversión está diseñado para un tipo de inversor concreto (vocación inversora), lo que implica que el fondo invertirá en un tipo concreto de activos. Como los fondos tienen por objetivo batir, o en el mejor de los casos obtener rentabilidades similares al índice de referencia, el benchmark es el índice con el que se compararán sus resultados.
Tener un benchmark de referencia es muy útil, pues nos da una idea de si los gestores del fondo han invertido en los activos adecuados según el índice al que se compare.
Por ejemplo, si un fondo invierte en grandes empresas cotizadas españolas, sin benchmark será el IBEX 35. Otro ejemplo, si el fondo invierte en cualquier activo de renta variable española, su benchmark será el IGBM (Índice General de La Bolsa de Madrid).
Para saber cuál es el benchmark de un fondo en particular, deberemos consultar su folleto. En el apartado objetivo de gestión figurará el benchmark contra el cual se mide su rentabilidad.
Cabe destacar que el benchmark puede estar compuesto por más de un índice. Por ejemplo, si un fondo mixto invierte el 50% en bolsa española y el otro 50% en renta fija, su benchmark será el 50% del IGBM + 50% del índice de renta fija correspondiente.