Como otros instrumentos financieros las instituciones de inversión colectiva también tienen asociadas comisiones. Estas son las principales comisiones de los fondos de inversión:
Comisiones de gestión: es la comisión que cobra la gestora como remuneración por el trabajo de invertir y asignar correctamente la cartera de activos del fondo. Normalmente consiste en un porcentaje sobre el total del patrimonio, que no debe superar nunca el 2,25% en términos anuales. Esta comisión es implícita, lo que significa que se descuenta del valor liquidativo de las participaciones.
Comisiones de depósito: es la que cobra la entidad depositaria por la custodia de valores y patrimonio. Al igual que la comisión de gestión es implícita, por lo que se descuenta del valor liquidativo del fondo. Tiene un máximo anual del 0,20%.
Comisiones de suscripción: es la comisión que se cobrará por la compra de participaciones. El importe puede ser a favor de la gestora o a favor del patrimonio del fondo, según se recoja en el folleto del fondo. A diferencia de las comisiones de gestión y depósito, esta comisión es explícita, por lo que no es reflejada en el valor liquidativo.
Comisiones de reembolso: la comisión de reembolso es aplicada al vender participaciones del fondo, de forma análoga a la comisión de suscripción.
Las comisiones que aplica cada fondo a sus partícipes estarán debidamente explicadas en el folleto del fondo, documento que todo inversor debe consultar antes de adquirir participaciones (suscribir) de un fondo.